INFORME DE NUESTRO VIAJE

Nuestro grupo de 45 excursionistas hizo realidad sus sueños cuando, del 7 al 16 de junio,  viajó a través de las siete iglesias del Apocalipsis. El viaje incluyó la exótica ciudad de Estambul, Turquía, donde visitamos el Palacio Topkapi residencia de los últimos sultanes del Imperio Otomano. Entrar a la impresionante Mezquita Azul fue una inolvidable experiencia así como la visita a la antiquísima Iglesia de Santa Sofía, convertida en Mezquita en la ocupación musulmana. Hoy es un importante museo lleno de historia.

 

Al emprender viaje por la sección turca de Europa, llegamos al estrecho de Los Dardanelos el cual pasamos con nuestro ómnibus en el ferry, a la parte de Turquía que está en el Asia Menor, tras lo cual llegamos a las viejas ruinas de la legendaria ciudad de Troya.

 

Durante los días que pasamos en ese fértil y florido país, visitamos uno tras otros los asentamientos donde estaban las siete comunidades cristianas a las cuales Jesucristo envío sendos mensajes: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Algunas de estas ciudades pueden adivinarse a través de sus impresionantes ruinas donde permanecen sus grandes avenidas y amplios teatros, tales como en Laodicea y Éfeso. Nos entregamos a la meditación al saber que en aquellos mismos lugares, miles de cristianos estuvieron dispuestos a dar sus vidas por la fe que habían abrazado.

 

Al sumergir nuestros pies en las aguas termales aledañas a Laodicea, recordamos las palabras del Señor: “Ojalá fueses frió o caliente….. pero eres tibio”, presagio de la tibieza espiritual que habría de aquejar al cristianismo nominal de tiempos presentes. En medio de los antiguos templos paganos, de las viejas ruinas de los edificios pudimos imaginar la entereza de los fieles creyentes de entonces manteniéndose firmes a lo que habían creído del Evangelio.

 

En el crucero a través del Mar Egeo, visitamos la Isla de Patmos y estuvimos donde el anciano apóstol Juan recibió del Señor la encomienda de dar los mensajes descritos en el libro del Apocalipsis. Al arribar a la Isla de Creta recordamos cuando el cautivo apóstol Pablo llegó allí en su accidentado viaje a Roma y las horas que pasamos en la hermosísima Isla de Santorini, fue una verdadera pincelada de color a nuestra excursión.

 

Finalmente, ya en Grecia, nuestra experiencia espiritual se acrecentó cuando caminamos en medio de las ruinas de Corinto, aquella populosa ciudad donde San Pablo pasó un año y medio predicando el mensaje de salvación en Cristo Jesús. Por último, ya en Atenas, al caminar por El Partenón, fue toda una clase de historia y mitología, pero al ver el Areópago, y recordar que allí, hace 2,000 años San Pablo predicó sobre “el Dios no conocido”, hicimos votos de creer y servir a ese maravilloso Dios que tanto nos amó al punto de dar a su único Hijo para lograr nuestra salvación.

 

Ya en el avión, de regreso a casa, llevamos miles de recuerdos de un viaje que jamás olvidaremos. Mucho fue lo que vimos y aprendimos de aquellas tierras que tienen a su haber el privilegio de ser la cuna de la cultura y la base del desarrollo del cristianismo.