En este momento está usted leyendo el primer boletín informativo de nuestra Excursión/Seminario a las tierras que sirvieron de escenario al pujante avance del cristianismo hace casi 2,000 años.
En su primer viaje misionero del apóstol Pablo (47, 48 d.C.), este incansable siervo de Jesucristo sembró de pequeñas congregaciones todo el Asia Menor, lo que hoy es Turquía. Perseguido, apedreado y encarcelado, nunca se detuvo en su empeño de que todo el mundo conociera la salvación por medio de Jesús.
Años después de haber sido decapitado por su fe, por mandato del sanguinario César Nerón, se le dio una visión al anciano apóstol Juan, el único sobreviviente de todos sus compañeros; los demás murieron en el martirio. Desterrado en la solitaria isla de Patmos, en el Mar Egeo, Juan pudo contemplar en aquella visión a su divino Maestro en todo su poder y gloria. El Señor le hizo portador de mensajes directos a siete de las iglesias que habían sido establecidas en el Asia Menor. Por el hecho de que habían muchas más congregaciones establecidas, los teólogos e investigadores han concluido en que esos mensajes no solo fueron dirigidos a esas siete iglesias específicas, sino también a la iglesia universal en sus diferentes etapas históricas, incluyéndonos a nosotros, los que vivimos en las postrimerías de la historia.