¡Continuamos nuestro viaje!

En nuestro itinerario por adelantado, en el boletín anterior, quedamos en el aeropuerto de la cosmopolita y bella ciudad canadiense de Toronto. Ahora, reanudemos nuestro viaje. Llegamos a este aeropuerto desde la ciudad de Orlando, Florida, nuestro punto de partida, el domingo 7 de junio de 2015. Nuestro entusiasta grupo se dispone a abordar el avión de la línea Air Canada que nos llevará, a través del Atlántico, pasando sobre Europa, a la ciudad de Estambul, en Turquía. El tiempo correrá extraño para nosotros, pues estaremos volando hacia al Este, al encuentro del Sol, por lo que nos amanecerá más temprano que de costumbre. Prepárate para ver un bello amanecer, alrededor de las 2:00 de la madrugada. Habrá amanecido el día del lunes 8 de junio. Después de tomar nuestro desayuno, podremos tal vez ver, allá abajo, una vista panorámica de los países europeos y la majestuosa cordillera de los Alpes. ¡Precioso espectáculo! Al fin aterrizaremos en la exótica ciudad de Estambul, preñada de historia. El personal de GOSPEL TRAVEL nos estará esperando. Después de los rigores de Aduanas en el aeropuerto, iremos a conocer parte de las bellezas de esta antigua ciudad, que otrora fuera la sede del Imperio Otomano. Visitaremos el Palacio Topkapi, que fuera la residencia de los sultanes de aquel poderoso imperio. Allí veremos su valiosa colección de joyas y porcelanas. Estambul (o Istambul) es la mayor ciudad de Turquía y la primera más poblada de Europa. Se la considera una de las ciudades más bellas de este continente siendo una de las tres urbes transcontinentales que se sitúan entre Europa y Asia.

Según las últimas estimaciones del Instituto de Estadísticas turco, en el 2013, la población de esta megalópolis se ha incrementado hasta llegar a más de 14 millones de habitantes. La mayor parte de la población es de religión musulmana, si bien existen minorías de cristianos, unos 68,000, y alrededor de 22,000 judíos. Es gran ciudad es también la capital administrativa de la provincia de Estambul (de la que cubre 27 distritos) en la llamada Rumelia o Tracia oriental. Fue denominada Bizancio hasta 330, y Constantinopla hasta 1453, nombre con el que se la llamó generalmente en Occidente hasta 1930. El nombre de Istanbul, usado desde hace varios siglos en el país, fue oficializado el 28 de marzo de 1930. Aunque la capital política y administrativa es Ankara, Estambul sigue siendo una ciudad que tiene un papel central en la industria, el comercio y la cultura de Turquía. Alberga más de una docena de universidades. Es sede del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, cabeza de la Iglesia Ortodoxa Griega. Istambul fue sucesivamente la capital del Imperio Romano de Oriente, del Imperio Latino y del Imperio Otomano hasta el fin de este estado con la proclamación de la República de Turquía en 1923. La ciudad se llamaba Constantinopla en la época del Imperio Romano y del Imperio Bizantino.

Las zonas históricas de Estambul fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1985, por sus importantes monumentos y restos históricos. (Datos tomados de Wikipedia.com). Al fin, extenuados, llegaremos a nuestro Hotel Sura, donde cenaremos en su exquisito buffet y nos dispondremos a disfrutar de nuestro merecido descanso en sus cómodas y mullidas camas. ¡Mañana nos espera otro día lleno de aventuras!

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Seminario sobre las Siete Iglesias del Apocalisis

Parte 2
Por el pastor Rolando de los Ríos

¡Bienvenidos todos a la segunda clase de nuestro seminario cibernético! Recuerda que aunque no participes del viaje a Turquía y Grecia, del 7 al 16 de junio del 2015, sí puedes ser alumno de este seminario. No te costará nada pero seguramente te resultará de mucho beneficio en el conocimiento histórico profético de uno de los libros más trascendentales de la Biblia. Si lo deseas, puedes invitar a otros a que participen de este seminario. Desde la crucifixión de nuestro Señor Jesucristo, la senda de la naciente iglesia estuvo manchada de la sangre de sus valientes mártires. Uno a uno, todos sus fieles discípulos fueron asesinados, tanto por los fanáticos judíos como por los sanguinarios romanos.
Al fin quedó uno, el discípulo amado, Juan. Pero Domiciano, el emperador romano que gobernó el imperio desde el año 81 hasta el 96 d.C., decidió acabar con el último de los apóstoles de Jesús. Su padre Tito Flavio Vespaciano había destruido la ciudad de Jerusalén y desmantelado su lujoso templo, cumpliendo la profecía de Cristo de que no quedaría “piedra sobre piedra” de ese edificio que no fuera derribada. (Mateo 24:2). Su hijo heredó su espíritu despiadado. Según la tradición, el emperador condenó a Juan a morir en una paila de aceite hirviendo pero Dios tenía otro plan para su fiel siervo. Finalmente, el anciano apóstol fue desterrado a la Isla de Patmos, en medio del Mar Egeo. Allí, según creía el tirano, Juan moriría irremisiblemente, en la extenuante faena de las canteras.

Allí, abandonado del mundo, Juan pensó que su tarea estaba por terminar. Cuando salió de su cueva, aquella mañana del “día del Señor”, el anciano quedó extasiado mirando al cielo. De pronto, fue arrobado por una visión y escuchó una fuerte clarinada de trompeta a sus espaldas. Al volverse, vio una figura que se le pareció familiar en medio de la potente luz que la envolvía. Entonces escuchó aquella voz conocida, que no había escuchado por varias décadas: “Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea”. (Apocalipsis 1:11). ¡Allí estaba Jesús! Estaba de pie ante el anciano discípulo, con la misma apariencia del anciano desterrado. Su cabello y su barba eran blancos pero sus piernas eran fuertes como el bronce bruñido. En su mano derecha tenía siete estrellas. Con voz dulce, hizo saber a Juan que su obra no había terminado. En aquella hermosa mañana sabática, el divino Maestro apareció ante Juan para consolarle con la seguridad de que no estaba solo. Poniéndole su santa mano cicatrizada sobre su cabeza, le dijo: “No temas”. Aún más, vino para darle una importante tarea. Debía dar mensajes a la iglesia. Eran tan importantes esos mensajes que llegan hasta ti hoy, en el siglo XXI, y Dios desea que los recibas porque tú eres muy importante para Él. Permite que el Señor te dé esos valiosos mensajes mediante su siervo, Juan. Son mensajes de esperanza y confianza en Dios. Continuaremos nuestra clase en el próximo boletín, pero hay algo más que deseamos informar a nuestros alumnos; algo muy valioso para profundizar en el tema que estamos comenzando a tratar. Dios mediante, estaré dictando una serie de conferencias, del 18 al 25 de octubre por la cadena de televisión ESPERANZA TV y que también se podrá ver en el Internet por nuestro website: www.RevelacionAdventista.com. Cada noche de esa semana, de 8:00 a 9:00 p.m. podrás participar de un serie de mensajes relacionados con las Siete Iglesias de Apocalipsis, y pienso que será de mucho valor informativo sobre lo que estamos aprendiendo en este seminario. Cuando viajemos por los asentamientos de esas ciudades a las que se dirigieron originalmente los mensajes escritos por Juan, sentiremos una profunda emoción. Ya no nos tendrán que contar, ¡veremos esos lugares con nuestro propios ojos! Seguramente desearás tener más información de la RED DE LA FLORIDA 2014. Podrás ver el volante con los títulos de los mensajes y otros detalles. Por favor, Pulse Aquí.


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